Plaza del Charco
Es el centro neurálgico, el corazón del Puerto de la Cruz, donde mejor se palpa el alma cosmopolita y bulliciosa de esta ciudad. Su fecha exacta de construcción no puede precisarse. Como espacio abierto y de reunión existía desde antiguo, pero la función de plaza propiamente dicha no la cumplió hasta el siglo XVIII. En 1835 se realizó una importante reforma. En 1880 se pavimentaron los paseos y en 1911 se instaló la pila. Ya en el siglo XX se construyó un quiosco de música. A lo largo de la historia ha tenido diferentes denominaciones, según cada etapa política, aunque siempre los lugareños la han llamado plaza del Charco o plaza del Charco de los Camarones, ya que en tiempo de mar de leva las olas entraban por la bocana del muelle y formaban en este cercano espacio un gran charco o mareta, en el que incluso se podían pescar camarones. A la sombra de las palmeras canarias y los magníficos laureles de indias traídos de Cuba en 1852, los bancos suscitan las tertulias y el descanso, en presencia de la imponente ñamera, otro de los símbolos más queridos de la ciudad, una ‘bombonera vegetal’, como la llamó la poetisa Ana Rosa Alonso, que preside la pila central desde hace más de un siglo. Otros elementos característicos de este recinto son el pavimento central de tierra o picón y el paseo perimetral, así como el bar-cafetería ‘Dinámico’ -uno de los más populares de la ciudad-, los quioscos de periódicos y golosinas y el parque infantil. La plaza sufrió una profunda reforma a principios de la década de los noventa del siglo XX, aunque conservó todos estos elementos tradicionales.