Muelle pesquero
A pesar de su nombre, Puerto de la Cruz nunca ha tenido a lo largo de su historia un puerto en condiciones. El llamado puerto viejo se construyó poco después de la Conquista de la isla en la desembocadura del barranco de San Felipe, donde en la actualidad se extiende la espléndida Playa Jardín. El aluvión de 1826 arrasó esa primera y modesta instalación portuaria y el actual refugio pesquero, llamado originariamente Puerto Nuevo, se convirtió en el muelle principal. Entre 1822 y 1824 se realizaron las primeras mejoras, a cargo del Real Consulado del Mar. Consistió en la construcción del primer tramo del dique occidental. En 1881 concluye la ampliación del dique hasta la Baja Negra. Dada la gran actividad comercial que registró este puerto durante los siglos XVII XVIII, especialmente en cuanto a la exportación de los vinos de malvasía del Valle, el Rey Felipe IV llamó a la ciudad “lave de la isla”. El refugio consta de dos brazos que dan protección a las pequeñas embarcaciones pesqueras. En la década de los ochenta del siglo XX fue ampliado el espigón exterior, con lo que aumentó la protección de la calle La Marina y la plaza del Charco. En el muelle pesquero, frente a la diminuta capilla de la Virgen del Carmen, se conserva el único de los antiguos chorros de agua públicos de la ciudad que aún está en funcionamiento.