Castillo San Felipe
Situado junto a Playa Jardín, es un fortín construido en el siglo XVII, de tipo colonial, que defendió el Puerto Viejo de los ataques de corsarios y piratas. Fue uno de los cuatro fortines que en la antigüedad defendieron la ciudad. Esta fortaleza constituye el bastión defensivo militar más importante de la ciudad, construido a mediados del siglo XVII para la defensa de los navíos que buscaban refugio en el embarcadero del Puerto. Se halla situado en la desembocadura del barranco de San Felipe, a unos 900 metros del casco urbano. Sus obras comenzaron en 1641 y finalizaron en 1655. Su estructura tiene forma de pentágono irregular y su parapeto es de mampostería. Aparte de baluarte, a lo largo de su historia ha sido lazareto, enfermería, depósito, ciudadela, sociedad de tiro y restaurante. En la década de los noventa fue restaurado por el Ayuntamiento y convertido en centro cultural municipal y escenario privilegiado para conciertos musicales y exposiciones artísticas. A 50 metros del Castillo se conserva el antiguo almacén de pólvora o Polvorín.